El mencionado decreto agregó al listado de Enfermedades profesionales, consignado en la Resol. 658 y 659 del año 1996, a las hernias abdominales , las várices y las hernias de disco vertebrales. Patologías que anteriormente, salvo demostración fehaciente, no eran consideradas enfermedades laborales.
La ampliación del listado de enfermedades laborales tiene como implícito en la esfera de la cobertura por ART, al resarcimiento económico (indemnización por la incapacidad resultante), que también es otro punto a tener en cuenta.
Al salirse del circuito de las prestaciones en especie de las Obras sociales o prepagas, y entrar en el circuito de las prestaciones dinerarias sumadas a las prestaciones en especie de las ART. Tanto la hernia inguinal, crural, várices y hernia discal, adquieren un especial cuidado a la hora de auditar las prestaciones tanto en uno como en otro actor del sistema de salud.
Es cuidadoso el Decreto, en exceptuar de la cobertura por ART a las patologías preexistentes, haciendo del examen pre ocupacional una herramienta que a futuro evita juicios al empleador (hay que recordar que la Ley 26773 del 2012 habilita el resarcimiento por vía de ART o del empleador de modo excluyente).
Dado que el stress laboral generador de la patología (bipedestación prolongada para las várices, levantamiento de pesos para las hernias) debe sostenerse durante 3 años, para que se consideren como patología laboral, es importante, para las áreas de medicina laboral de las empresas que los nuevos empleados que se incorporan lo hagan en puestos que no agravan su patología preexistente. En el ámbito de la salud por ejemplo, es difícil que un postulante con escoliosis significativa, tenga cabida si su futura tarea es enfermería o camillero.
Para obras sociales y prepagas es interesante la tarea de deslindar ahora junto a sus pares de ART la correspondencia de cobertura, por uno u otro sistema.