El 31 de marzo comenzamos nuestro curso y como todos los años, el interés renovado por la Auditoría médica y la gestión en salud, merece un pequeño análisis.
La ubicación estratégica de la Auditoría médica en el centro del tríangulo imaginario de la gestión de los recursos en salud: constituido por el paciente, el prestador (médicos, otros profesionales e instituciones de salud) y el tercer pagador (sea éste el Estado, una Obra social, Empresa de medicina prepaga, etc) genera una relevancia inusitada de dicho sector, que incluye a médicos, otros profesionales y administrativos.
Esto se da en el marco de la progresiva complejización (y consiguiente encarecimiento) de las prestaciones en salud, que en el caso de nuestro país va de la mano con una ampliación concordante de la cartilla prestacional obligatoria: el PMO (al menos para los entes regulados por la Superintendencia de salud: Obras sociales, Empresas de medicina prepaga y otros). Todo ello despierta el renovado interés en la administración de los recursos asistenciales, gestión que debe realizarse sin abandonar los estándares de calidad requeridos tanto por el paciente como por su entidad de cobertura.
El nuestro es un sistema de salud de cobertura universal, tan amplia como dispar. Que obliga al conocimiento de los distintos sistemas de cobertura y la actualización permanente: desde la última legislación (por ejemplo: sobre trazabilidad de insumos), hasta el manejo del nomenclador nacional. Desde la auditoría de Historia clínica (ahora cada vez más asiduamente en formato digital), hasta la autorización de prestaciones de alta complejidad. Desde las prestaciones por Discapacidad, hasta los reintegros a través de la Superintendencia de Salud. Desde los distintos tipos de convenio, a los valores de los módulos de Hospitales de autogestion. Etc. Etc.
El temario es amplio y apasionante. El año es largo y es un gusto recorrerlo junto a ustedes.
Bienvenidos!