Nada es posible sin educación. "Al que tiene hambre no le des mendrugos, enséñale a fabricar pan" (si, ya se que el proverbio es distinto)
Hace poco asistimos a una disertación sobre los distintos planes ministeriales, donde descolla el proyecto de atencion primaria y los médicos comunitarios.
Pero, como lograr que las madres hagan los controles de sus hijos lactantes, como lograr que los adolescentes hagan con sus vidas algo más que un simple transitar aturdido por el alcoholismo. La mejor medicina sociabilizada no sirve en el contexto de la ignorancia y la ausencia de la responsabilidad del estado en los medios masivos de comunicación (herramienta formidable para transmitir buena o pésima formación).
Mientras tanto los encargados de gestionar los recursos de salud seguimos poniendo paños fríos en la frente del paciente con meningitis.
Caudillos provinciales con ideas de estadistas y hambre de vanguardia pueden transformar las provincias en lo que siempre debieron ser: faros industriales, educativos y sanitarios. Donde la juventud no emigre, no se achate y viva orgullosa. Se desarrolle y desarrolle al país.
Con la ignorancia no se cura, con la ignorancia no se crece, con la ignorancia el enfermo fallece cada día un poco más.
Entonces sobre esa base los programas de salud, serán más efectivos. No se negociarán las partidas, no se repartirán mendrugos, y la Ciudad de Buenos Aires, será una más de la partida a la hora de hacer medicina en serio.